Capilla del Divino Juez

A causa de los terremotos del año 1748 que se iban sucediendo con mayor o menor intensidad desde el 23 de marzo, en que se desplomó el castillo de Montesa, los habitantes de Vallada pasaban las noches al raso o en improvisadas tiendas de campaña, temerosos de quedar atrapados en sus casas ante el peligro de derrumbamiento. Al caer la noche del día 2 de abril se repitieron los temblores con tanta vehemencia que una de las agujas de la fachada de la iglesia se precipitaba al vacío y destrozaba en su caída la peana de la fuente de San Bartolomé. La mañana siguiente los expertos valoraban los daños que presentaba el templo parroquial, y visto que este amenazaba ruina se determinaba que ese mismo día quedara trasladado el Santísimo Sacramento y reliquias de la iglesia a una capilla de madera improvisada en la era de Benito Sáez, a las afueras de la población.

 

En este lugar permaneció el Santísimo durante 7 meses, hasta que se entendió había pasado el peligro y se hicieron en la iglesia las reparaciones convenientes, y en este tiempo era elegida la Virgen de Gracia como patrona y abogada ante los terremotos.

Poco después, agradecidos los valladinos y las valladinas por no haber padecido ninguna desgracia personal, como sí que ocurrió en Montesa, santificaron el lugar donde habían conservado las Sagradas Formas, erigiendo la ermita que se vino a denominar el Divino Juez.

Se trata de un edificio de siete metros de longitud por otros tantos de latitud, con planta de cruz griega, pero con los brazos laterales y el ábside en línea curva. Esta rematada por una cúpula central sin linterna.

A la derecha del edificio, según se mira su fachada, estaba el aposento del ermitaño, que fue utilizado como asilo o refugio de pobres enfermos tras el hundimiento del antiguo hospital de la calle de san Vicente en 1847. A la izquierda de la ermita se trasladó el cementerio en la segunda mitad del siglo XVIII, por lo que la capilla fue destinada a la vela de cadáveres y recitación del oficio de difuntos. En 1850 era edificado el actual cementerio municipal, y sobre el antiguo se levantó, a finales del siglo XIX, un nuevo asilo u hospital que no pudo concluirse por falta de recursos. Sin embargo, la costumbre de conducir los cadáveres a esta capilla, antes de ser enterrados, perduró hasta el último tercio del siglo XX.

Desde esta ermita sale cada año la procesión de las palmas el Domingo de Ramos, y se celebra la fiesta de santa Rita, san Antonio de Padua y el mes de María.

Como llegar aquí:

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